
En este país no tenemos remedio. Pasamos de un extremo al otro con la mayor de las facilidades no dándonos cuenta de que un extremo no se soluciona con su contrario. De esta manera hemos pasado de una disciplina en la educación y en el propio hogar casi militar al libertinaje más peligroso donde hijos pegan a padres y padres pegan a profesores. Hemos pasado sin aparente esfuerzo de poder dejar las puertas de las casas abiertas a tener ocho cerrojos y un sistema de videovigilancia conectado con central de alarmas.... no tenemos remedio.
Esto mismo también ha pasado con el tema de la violencia de género pasando de algo que tenían que sufrir muchas mujeres en silencio y casi como verguenza propia a una actual ley de violencia de género que fomenta la discriminación positiva y no promueve nada más que otro tipo de injusticia.
En este post me gustaría incidir en lo demagógico y dañino del término discriminación positiva, ya que reviste de positividad, idoneidad, justo, etc un térnimo que en su esencia es negativo e injusto. La discriminación es siempre negativa no lo olvidemos y es un arma muy peligrosa ya que la parte discriminada positivamente es posible por que existe otra parte que es discriminada negativamente. De esta manera y solo a modo de ejemplo didáctico podríamos decir que en el aparheit que existió en Sudáfrica no era otra cosa que una discriminación positiva de los blancos. Como pueden observar mis amigos lectores esto es una barbaridad. La discriminación positiva de la ley de violencia de género es igualmente una barbaridad en la esencia de esta reflexión.
Es indudable que era necesaria una regulación jurídica de esta lacra de la violencia de género ( que no machista ya que agresiones en el seno familiar hay por ambos conyuges aunque los casos de agresión de hombres hacia mujeres es mucho mayor) pero en toda regulación judicial debe prevalecer el principio de igualdad. Es decir un mismo delito debe tener el mismo castigo independientemente de quien lo lleve a cabo. Lo que no es lógico es que si un hombre da una bofetada a una mujer es un delito y si la bofetada la da una mujer a un hombre sea una falta!!! Como este se pueden poner innumerables ejemplos. Con esto lo único que quiero poner de manifiesto es que injusticias como estas lejos de llevarnos a una situación mejor en el contexto de la violencia de género nos pueden llevar a situaciones peores ya que la injusticia genera injusticia de la misma manera que la violencia genera más vilolencia.
Desde mi punto de vista la actual ley de violencia de género lejos de ayudar a las mujeres lo que está haciendo es un flaco favor a sus propios intereses tal y como está redactada y aún peor con las nuevas reformas que se plantean ante el hecho contrastado de que, por desgracias, el número de víctimas mortales no disminuye. Ante estadísticas como estas nos deberíamos plantear si la estrategia planteada es la correcta o si no deberíamos de reestudiar el problema desde una óptica más amplia que fuera más allá de la represión como única arma.