jueves, 18 de febrero de 2010

Rajoy, politica de bajo nivel.

Llevo días observando la jungla política de nuestro país y me sorprendo a mi mismo  perplejo ante tanta falta de visión de estado. Cada vez es más evidente que para la consecución de los fines que persigue el PP lo mejor que puede pasar es que todo vaya muy mal, cuanto pero, mejor. Es por ello que no importa las manos que tienda el gobierno, los esfuerzos que se hagan para el acercamiento, la urgencia de la unidad nacional. Para el PP nada de esto es suficiente. Si no se hace todo lo que ellos indican.... mal, por que no se hace. Si se hace... mal, por que se ha hecho tarde. Si se hace en el justo momento en que lo dicen.... mal, por que se ha hecho poco y sino será por que se hizo tarde, lento, rápido, con acuerdo de todos o solo de unos pocos. En el fondo da igual, para ellos siempre estará mal.

Por otro lado  vemos al señor Mariano Rajoy interpelando al presidente del gobierno por que como ya sabemos todos el sr. Zapatero es culpable hasta de la muerte de Manolete. El gobierno puede haber hecho muchas cosas mal pero no nos olvidemos de que esta crisis es responsabilidad de los Bancos. No nos olvidemos que la burbuja inmobiliaria ya existía cuando el gobierno socialista llegó al poder y no nos olvidemos de que gran parde de la deuda del estado está en las comunidades autonómicas.

Pero obviando todo esto lo único que se le ocurre al señor Mariano Rajoy es decirle a los diputados socialistas, poco menos que echen a su lider..... de locos. Como dice mi suegra, quien más tiene que callas es quien más habla. Lo dice él, que fue elegido a dedo, que no ha ganado ninguna campaña electoral ( y ya van dos) y que es incapaz de poner orden en sus barones regionales ( Comunidad de Madrid, Valencia, Murcia... etc.) . Además las únicas recetas que se le ocurren para que salgamos de la crisis es que el presidente del gobierno deje de mentir, sea creible, haga lo que dice, etc, etc. Bobadas. La realidad que se pone de manifiesto es que no tiene ninguna alternativa a la politica económica y solo les vale que todo se hunda para recoger las migajas. Muy triste....

miércoles, 3 de febrero de 2010

Lo que se fomenta es la venganza

En estos días nos enteramos de diferentes sentencias judiciales que han saltado a las noticias por que han creado "alarma social". Una de ellas es ésta donde el tribunal supremo ha rebajado unos años la condena a un individuo que intentó matar a su mujer ( y la dejó postrada en una silla de ruedas) por que no está suficientemente acreditada la "alevosía" en su actuación. Otros casos pueden ser el de la tristemente famosa Marta del Castillo, Sevilla. En todos los casos las penas son bajas para los familiares y la opinión pública enrojecida de furia e indignación . Al calor de estos aires, partidos políticos como el PP reviven debates demagógicos como el de la cadena perpetua.

Llegados a este punto deberíamos plantearnos si lo que se está pidiendo a los jueces es JUSTICIA o VENGANZA. Desde mi punto de vista nos encontramos más cerca del segundo caso. A un familiar que ha perdido a un hijo, a una madre, a un padre.... cualquier pena que le impongan al culpable le parecerá poco. Pero esta persona es la menos indicada para emitir juicio ya que es parte en el caso. Ya se sabe no se puede ser juez y parte.

Lo trágico de todo esto que es además de lo obvio ( la perdida de un ser humano o un daño irreparable) es que determinados grupos políticos usen casos como los anteriormente mencionados para arañar votos, subiéndose al carro del populismo de más baja escala moral. A estos señores habría que preguntarles que si consiguen la pena de cadena perpetua y a los familiares que han perdido a su ser querido no les satisface tampoco la pena.... que van a hacer ahora? pedirán la pena de muerte? ¿Es este el camino que transitamos? Si es asi, nos movemos por senderos de venganza y no de justicia.

Covid-19, lo mejor que le podía pasar a la Sanidad Publica

Es curioso, pero la crisis del Covid-19 podría ser lo mejor que le ha pasado a la sanidad publica de nuestro país. Antes de que nos sumiér...