viernes, 4 de diciembre de 2009

Ministra González Sinde DIMISIÓN

Aún no nos hemos repuesto de la aprobación por la comisión  europea de la última directiva sobre regulación de las redes P2P, cuando el día 3 del presente mes vimos como la ministra de cultura colaba dentro del anteproyecto de ley para una nueva economía sostenible unos artículos en virtud de los cuales se abría la puerta a la clausura de páginas web sin los beneficios de la tutela judicial. Es decir, un órgano administrativo sería el encargado de estudiar qué webs serían cerradas. Lo que no se explica es quiénes constituirían esos órganos. Este órgano y la censura franquista en poco se diferencian.

Ante estos acontecimientos una oleada de críticas han caído sobre el gobierno y en particular sobre la ministra de cultura González Sinde, que dicho sea de paso nunca ha disfrutado del aprecio de la comunidad de internautas ya que es una directora de cine reconvertida en ministra; es decir, es juez y parte en estos asuntos. Hasta tal punto ha sido la indignación provocada en internet que a última hora de ayer tenía que salir el Presidente del Gobierno para asegurar que el ejecutivo no iba a cerrar ninguna web, desautorizando de esta manera a su ministra de cultura. Ante estos acontecimientos a la señora Sinde lo único que le queda es Dimitir.

Lo que está claro es que internet está imponiendo los tiempos y que es tiempo de replantearnos algunas posiciones que hasta ahora parecían lógicas y lícitas. Está claro que las multinacionales discográficas tienen derecho a ganar dinero con la venta de discos pero ese derecho no está por encima de otros derechos fundamentales de los ciudadanos como son el derecho a la tutela judicial, el derecho a la privacidad de las comunicaciones y el derecho a la presunción de inocencia. Igualmente los artistas-creadores tienen derecho a ganarse la vida con su trabajo, de tal manera es lícito que cobren por el trabajo que se hace pero... ¿realmente tienen derecho a cobrar por el trabajo que se HIZO? Sinceramente es un tema cuestionable.

¿Qué pensaríamos si un albañil quisiera cobrarnos cada vez que pasásemos sobre la acera que hizo el mes pasado?¿Cómo reaccionaríamos si un científico quisiera cobrar a todo aquel que leyó su tesis doctoral como base para un estudio posterior? En ambos casos nos sentiríamos escandalizados y nos resultaría inaceptable. Ambos tienen derecho a cobrar por el trabajo que han realizado pero no por el que se hizo. Entonces ¿por qué los artistas si?

Seguro que a todas estas preguntas los representantes de los creadores se apresurarían a decir los argumentos ya conocidos de que la música se termina, que no se cuantos miles de puestos de trabajo se pierden, etc, etc. Todos estos argumentos carecen en el fondo de fundamentos. En realidad esta lucha no se  entabla por los beneficios de los cantates ( escritores, cineastas, etc) que suelen ser unos tantos por cientos irrisorios, esta lucha se da por los beneficios de las discográficas que son las grandes perjudicadas. Los artistas que realmente venden podrían seguir viviendo bastante bien con los beneficios de los conciertos, la publicidad, etc.

Cobrar por un trabajo que se hace es muy lícito, cobrar durante años (20-30) por un trabajo que se hizo es ilícito e inmoral y supone una especie de impuesto revolucionario a la sociedad.

2 comentarios:

  1. Esta ministra quedó muy bien para la foto de la reforma del Ejecutivo, pero yo creo que ya va siendo hora de que se dedique a lo que verdaderamente se le da bien, dirigir películas.

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  2. Desde luego no es la persona más indicada para este cargo, máxime cuando además es juez y parte en muchos de los asuntos sobre los que tiene que resolver.

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